¿Eres de los que se la vive estresado cuando se acerca la época de parciales? Lo entendemos: se juntan las presentaciones, proyectos y noches de estudio para los exámenes, y a veces parecen no tener fin.

Esta semana te compartimos 6 tips para prepararte bien para tus exámenes, al final de lo que se trat es de crear hábitos de estudio que te ayudarán a tu rendimiento y te darán mejores resultados.

 

1. Toma buenos apuntes

No se trata de que escribas todo lo que dice tu docente, sino que anotes lo más relevante para que puedas repasar y digerir el contenido de tu clase, divide tu hoja en 4 apartados: margen horizontal superior, espacio principal, margen izquierdo y margen horizontal inferior.

En el primero anota los datos del día, o sea el nombre, tema de la clase, fecha, página, etc. El espacio principal es para anotar la información importante del tema, por ejemplo, conceptos, ejemplos, frases o hasta fórmulas.

En el margen izquierdo ordena tus ideas, anota conceptos clave, dudas que tengas por resolver, así como preguntas que respondan el tema. Por último, en el margen inferior, escribe un resumen sobre lo visto ¡Y listo!

 

2. Encuentra el lugar perfecto

No importa si es en tu casa o de un amigo, la escuela o una cafetería, lo importante es que encuentres el espacio adecuado para concentrarte.

 

3. Repasa regularmente

Este es uno de los mejores consejos de estudio para un examen, especialmente si eres de los que repasa un día antes. No se trata de estudiar toda la información todas las noches, sino hacer pequeños repasos desde el día en que veas un tema nuevo; basta con revisar el tema y bajarlo en palabras o conceptos que te ayuden a entenderlo mejor. Incluso, si te sirve dividirlo en “cachitos” ¡Hazlo!

 

 4. Descansa

¡Como lo lees! Es importante que obtengas entre 7 y 8 horas de descanso para que tu cerebro funcione adecuadamente, o que completes de 5 a 6 ciclos de sueño; cada uno de ellos dura 90 minutos, por lo que es importante que calcules tus ciclos de sueño para no interrumpir ninguno y puedas levantarte sintiéndote aliviado.

 

5. Prueba distintas técnicas de estudio

Existen muchas herramientas que pueden ayudarte a sintetizar la información y asimilarla mejor. Aquí te dejamos algunas para que las apliques en tus parciales y obtengas mejores resultados.

Haz un resumen de tus apuntes, en el que incluyas los conceptos clave.

Leer y subrayar las ideas más importantes de los textos de estudio.

Crea un mapa mental del tema principal, desarrollando ideas importantes relacionadas. Puede ser a mano o en una plataforma en línea como esta.

Arma flashcards donde escribas de un lado de la ficha el concepto que debas estudiar y del otro desarróllalo.

Explica el tema o dilo en voz alta en tus palabras para ti mismo o alguien más. De esta manera podrás comprobar tu comprensión del tema -no te agobies por memorizarlo, lo importante es que abarques los conceptos clave y puedas explicarlos tal cual los entiendas tú.

Grábate leyendo tus anotaciones o tarjetas, y escucha el audio en tus tiempos libres para ayudarte a repasar la información.

 

6. Adapta la técnica a la prueba

No es lo mismo estudiar para un examen de preguntas abiertas, que para uno de opción múltiple o incluso una presentación ¿O no? Así que es mejor que adaptes el método que utilizarás con el tipo de prueba que presentes.

Esperamos que estos tips les sirvan y los puedan aplicar, nos leemos en la próxima... adiós.

 

Deja tus preocupaciones a un lado y respira con calma, estar entre dos carreras y no saber cuál elegir es algo más común de lo que crees y existen varias maneras de comenzar a conocerte y así saber qué es lo que realmente quieres.

 

Esta semana les compartimos 8 consejos que debes seguir si estás entre dos carreras y no sabes cuál elegir:

 

1) Define por qué te gustan las dos carreras

Pregúntate por qué te gusta cada una o si te estás dejando llevar por razones diferentes al gusto, como seguridad económica, o por ser una carrera que tus papás aceptarían más.

 

2) Elige la carrera que te apasiona más

Si al analizarlo te das cuenta que una te gusta más y la otra la eliges por diversas razones entonces el consejo es que te orientes por la que más te gusta. Cuando uno hace lo que le gusta las ganas que siente por eso hace que desarrolle habilidades distintas y repercute en tu rentabilidad y otros factores.

 

3) Puedes integrar ambas carreras

Si las dos carreras te gustan, ambas te apasionan, entonces proyecta tu futuro y vislumbra cuál te gustaría que sea tu columna vertebral. Muchos profesionales juntan las carreras que les gustan y una la estudian en la universidad y otra en especializaciones.

 

4) Conoce a profundidad las dos carreras

Conoce con realismo ambas carreras para que tus dudas sean despejadas de la manera adecuada.

 

5) ¿Cuál es tu objetivo?

En primer lugar, hay que analizar con qué objetivo quieren estudiar. En base a eso van a decidir si quieren estudiar una carrera de pregrado/tecnicatura o hacer una carrera de grado. Tienen que pensar en todas las variables ya que no todas las carreras tienen la misma duración, ni se cursa la misma cantidad de horas. La elección del tipo de carrera depende de la situación personal de cada uno. En algunos casos, uno puede arrancar estudiando una carrera corta (tecnicatura o pre grado) y luego continuar la carrera en la universidad, y así obtener el título de grado.

 

6) Análisis del plan de estudios

Otro de los elementos a analizar es el plan de estudios. Este se refiere a la forma de organización de los contenidos y actividades que se consideran básicos en la formación académica. En el plan de estudios figura la nómina de materias de la carrera. Dependiendo de la universidad, puede que haya variaciones en el plan de estudios.

 

7) Ver los posibles campos laborales

Informarse en profundidad el campo laboral de las carreras de tu interés. Se refiere a las funciones y los ámbitos dónde vas a poder desempeñarte con tu profesión. Hay carreras que tienen un campo laboral más amplio que otras. Es importante conocerlo, ya que te va a dar la pauta de en qué lugares podrías trabajar y si te ves o no en esos ámbitos. Pueden aprovechar y explorar distintos escenarios posible de trabajo.

 

8) Sueldos y demanda

Conocer las condiciones del mercado laboral. Es decir, cuáles son las oportunidades laborales de esa profesión. Considerar las condiciones de empleo y los salarios que reciben los profesionales, puede ser un aspecto más a considerar en la elección de la carrera.

 

Esperamos que estos 8 consejos te sean de utilidad, nos leemos en la próxima.

Muchos jóvenes se enfrentan al doble desafío de estudiar una carrera mientras trabajan. ¿Eres uno de ellos? Aquí te dejamos algunas claves para simplificar esta difícil tarea.

  • Estudiar y trabajar es una realidad para muchos estudiantes, donde es muy importante la planificación y la motivación.
  • Estas claves te ayudarán a equilibrar y combiar ambas tareas, de forma exitosa.
  • Estos estudiantes pueden sentir una presión y estrés más pronunciado, por lo que todo apoyo y empatía les será de gran ayuda.

 

¿Qué debo de tener en cuenta para combinar estudios y trabajo de forma exitosa?

1) Organiza bien tu calendario

Lo primero y fundamental es que logres gestionar bien tu tiempo

Si tienes la posibilidad de elegir las clases que vas a cursar por semestre, intenta no sobrecargarte. Elige las materias más fundamentales y asegúrate que los horarios no impidan que cumplas con tus obligaciones en el trabajo.

2) Utiliza los métodos de estudio adecuados

De la misma forma que organizaste tus horarios, debes planificar tus horas de estudio para que rindan al máximo. 

El primer consejo es que intentes no faltar mucho a clase, sino luego te será más difícil ponerte al día. También es recomendable que tomes apuntes y a la hora de estudiar utilices estrategias, como resúmenesmapas mentales.

 

3) Habla en el trabajo

Es importante que tus jefes estén al tanto de tu situación, para que puedan tener las consideraciones correspondientes.

4) Habla en la universidad

De igual forma que hablaste en el trabajo, también puedes poner en aviso a tus docentes de tu situación. 

Tampoco está de más hablar con tus compañeros; después de todo serán ellos quienes tengan que pasarte apuntes cuando faltes a clase.

 

5) Cuida tu salud

Estudiar y trabajar al mismo tiempo puede resultar sumamente agotador, por lo que es fundamental que cuides más que nunca tu salud.

Duerme al menos 7 u 8 horas al día, aliméntate de forma saludable para que tu cerebro funcione mejor y no te olvides de tomarte tiempos de relax para descansar y distenderte.


Aunque lo veas impensable e imposible, reserva algunas horas de la semana para hacer alguna actividad de ocio, ya sea practicar un deporte o ir al cine con tus amigos, o cualquier cosa que te ayude a desconectar, pasar un buen rato y recargar energías.

¿Te abrumas cuando tienes un examen y no sabes por dónde empezar? ¿Estás en época de exámenes?

Estudiar para las pruebas puede ser difícil y a veces ni siquiera sabemos por dónde empezar. Pero existen estrategias para mejorar tu memoria, los niveles de concentración e incluso tu estado de ánimo. Hay mucho que puedes hacer para estudiar de manera más efectiva, aprender técnicas de estudio que funcionen y mantenerte positivo.

Estos consejos te ayudarán a mantenerte en forma cognitivamente y mejorar tu aprendizaje.

Pero primero lo primero:

 

1. Desayuno y alimentos para el cerebro

Nuestros cuerpos necesitan energía para funcionar correctamente, y la capacidad del cerebro para concentrarse proviene de un suministro adecuado y constante de energía en forma de glucosa.

Las investigaciones muestran que los estudiantes que desayunan obtienen mejores resultados en los exámenes porque les resulta más fácil concentrarse y recordar información.

Por eso, asegúrate de comenzar tu día con carbohidratos que liberarán energía lentamente a lo largo de la mañana como el pan integral o cereales bajos en azúcar, como la avena.

También necesitarás aumentar tu ingesta de proteínas con leche, yogur o huevos.

 

2. Empieza antes

Comienza a estudiar mucho antes de la fecha del examen. Esto ayudará a que te sientas más tranquilo y es menos probable que termines abrumado.

Además, intenta estudiar por la mañana, cuando tu cerebro está descansado y fresco. Evita dejar la mayor parte del repaso por la tarde, cuando existe la posibilidad de que estés más cansado.

Sería mejor si estableces una rutina con el estudio: ponte como objetivo comenzar y terminar de estudiar aproximadamente a la misma hora cada día.

 

3. Establece en qué necesitas enfocarte

¿Es un examen oral?; ¿práctico?; etc...

Diferentes tipos de exámenes requieren distintos enfoques: descubre el formato de tu examen y sabrás cuánto del programa de estudios necesitas revisar.

Para un examen del tipo ensayo, es posible que no necesites cubrir todas las materias, por lo que podría ser más efectivo enfocarte en algún contenido y estudiarlo en mayor profundidad.

Mientras que una prueba de opción múltiple o un examen basado en respuestas cortas requerirá una comprensión más amplia, aunque menos detallada, del programa de estudios.

 

4. Planifica

Puede parecer todo un trabajo, pero hacer un plan de estudio realmente te ahorrará tiempo (no perderás ni un minuto decidiendo qué revisar día a día) y te ayudará a hacer un seguimiento de tu progreso.

Confecciona un calendario lo más detallado posible, incluidos los documentos o notas relevantes que deberás revisar, y cúmplelo.

Y no olvides tener en cuenta el tiempo para socializar, hacer ejercicio y cualquier otro descanso.

 

5. El "espacio" puede ser tu mejor aliado

Distribuye tus sesiones de estudio y ni siquiera pienses en abrumarte: es mucho mejor tener sesiones de estudio de una hora durante 10 días, que estudiar un tema durante 10 horas en un día.

Otras técnicas incluyen el uso de tarjetas de memoria, creación de mapas mentales, trabajo en grupo o incluso grabarse a sí mismo hablando y reproduciéndolo.

Es por eso que es bueno empezar temprano, ya que te da tiempo para probar lo que más te funciona.

 

6. Autoevalúate

Según psicólogos y neurocientíficos, "autoevaluarse" podría ser una de las formas más efectivas de mejorar tu capacidad para recordar información.

La técnica también te ayuda a entender un concepto y no solo memorizarlo. También te da una oportunidad de verificar cualquier falla en tu conocimiento.

Una de las mejores maneras de autoevaluare es hacer resúmenes o simplemente ponerse a prueba al final de una sesión de estudio.

 

7. Duerme bien

Por supuesto, necesitarás dormir bien durante la noche antes de un examen, pero esto se aplica a todo el período de estudio.

Ir a dormir a una hora razonable significa que podrás levantarte temprano, bien descansado y listo para abordar el plan de estudio de ese día.

No te tientes a quedarte toda la noche despierto y ten cuidado con el perfeccionismo, ya que podría interferir con tu descanso.

 

Esperamos les sirvan estos 7 tips, nos leemos la próxima semana

Deja tus preocupaciones a un lado y respira con calma, estar entre dos carreras y no saber cuál elegir es algo más común de lo que crees y existen varias maneras de comenzar a conocerte y así saber qué es lo que realmente quieres.

Esta semana les compartimos 8 consejos que debes seguir si estás entre dos carreras y no sabes cuál elegir:

1) Define por qué te gustan las dos carreras

Pregúntate por qué te gusta cada una o si te estás dejando llevar por razones diferentes al gusto, como seguridad económica, o por ser una carrera que tus papás aceptarían más.

 

2) Elige la carrera que te apasiona más

Si al analizarlo te das cuenta que una te gusta más y la otra la eliges por diversas razones entonces el consejo es que te orientes por la que más te gusta. Cuando uno hace lo que le gusta las ganas que siente por eso hace que desarrolle habilidades distintas y repercute en tu rentabilidad y otros factores.

 

3) Puedes integrar ambas carreras

Si las dos carreras te gustan, ambas te apasionan, entonces proyecta tu futuro y vislumbra cuál te gustaría que sea tu columna vertebral. Muchos profesionales juntan las carreras que les gustan y una la estudian en la universidad y otra en especializaciones.

 

4) Conoce a profundidad las dos carreras

Conoce con realismo ambas carreras para que tus dudas sean despejadas de la manera adecuada.

 

5) ¿Cuál es tu objetivo?

En primer lugar, hay que analizar con qué objetivo quieren estudiar. En base a eso van a decidir si quieren estudiar una carrera de pregrado/tecnicatura o hacer una carrera de grado. Tienen que pensar en todas las variables ya que no todas las carreras tienen la misma duración, ni se cursa la misma cantidad de horas. La elección del tipo de carrera depende de la situación personal de cada uno. En algunos casos, uno puede arrancar estudiando una carrera corta (tecnicatura o pre grado) y luego continuar la carrera en la universidad, y así obtener el título de grado.

 

6) Análisis del plan de estudios

Otro de los elementos a analizar es el plan de estudios. Este se refiere a la forma de organización de los contenidos y actividades que se consideran básicos en la formación académica. En el plan de estudios figura la nómina de materias de la carrera. Dependiendo de la universidad, puede que haya variaciones en el plan de estudios.

 

7) Ver los posibles campos laborales

Informarse en profundidad el campo laboral de las carreras de tu interés. Se refiere a las funciones y los ámbitos dónde vas a poder desempeñarte con tu profesión. Hay carreras que tienen un campo laboral más amplio que otras. Es importante conocerlo, ya que te va a dar la pauta de en qué lugares podrías trabajar y si te ves o no en esos ámbitos. Pueden aprovechar y explorar distintos escenarios posible de trabajo.

 

8) Sueldos y demanda

Conocer las condiciones del mercado laboral. Es decir, cuáles son las oportunidades laborales de esa profesión. Considerar las condiciones de empleo y los salarios que reciben los profesionales, puede ser un aspecto más a considerar en la elección de la carrera.

 

Esperamos que estos 8 consejos te sean de utilidad, nos leemos en la próxima.

Si se te dificulta expresarte ante varias personas, sigue estos tips que te convertirán en un buen orador.

Hablar en público es una actividad desagradable para muchos y cuanto mayor sea la importancia del evento, peor el miedo. Sin embargo, como estudiante deberás enfrentarte constantemente a exposiciones y presentaciones, ya sea ante tu equipo, compañeros del salón, maestros, etc... y debes hacerlo de la forma correcta para conectarte con tu audiencia.

Pero hablar en público en realidad no es tan difícil. No es otra cosa que conversar, y eso lo haces prácticamente todo el tiempo. El misterio desaparece una vez que se ha aprendido cómo hacerlo.

Aquí te entregamos algunas claves para convertirte en un buen orador y aprender a expresar tus ideas ante una audiencia, ya sea de diez, cien o mil personas:

 

1. Exprésate con sencillez

La gente que te escuche captará una o dos de las principales ideas que expongas. Si no puedes expresar en un par de enunciados el punto que propones comunicar, entonces tu alocución no está bien definida. Y si no sabes con previsión lo que quieres decir, mucho menos lo sabrás decir en público.

 

2. Organízate

Sea larga o corta tu disertación, es importante ordenar los elementos de la misma. Hay que prever la introducción, los puntos principales que se van a exponer y la conclusión.

A veces, una buena forma de comenzar resulta ser la frase final. Una vez que sabes a dónde te diriges, puedes escoger el camino que más te plazca para llegar allí. Es decisivo tener un final poderoso y contundente, pues en la mayoría de los casos es lo que la gente mejor recuerda.

 

3. Sé breve

 Evita los discursos demasiado largos y rolleros.

 

4. Sé sincero

Si tratas de ser distinto a como eres (poco natural), probablemente no vas a convencer a nadie. Si no te parece graciosa una anécdota, no esperes que el público se ría con ella. Si la información que pretendes transmitir no te despierta un verdadero interés, tampoco lo despertará en los demás.

 

5. Aduéñate de la situación

En los primeros momentos de un discurso se establece el vínculo entre el público y el expositor. Sonríe, agradece a la persona que te presentó y luego espera un momento.

No empieces hasta que hayas captado la atención de todos los presentes. Cada una de esas personas comprenderá inmediatamente que el orador le está hablando a ella, y su cerebro se dispondrá a prestarle atención. Eso es precisamente lo que quieres.

 

6. No leas, habla

Leer ante un auditorio no resulta tan eficaz como hablar directamente y con el corazón; la expresión espontánea quizá no sea tan pulida, pero definitivamente es mejor.

No es recomendable redactar discursos, pero sí lo es llevar notas para recordar lo que quieres decir, y saber en qué parte va uno. Una buena idea es hacer bullets con los puntos principales o con datos importantes que quieras dar a conocer.

 

7. Relájate

Cuando estamos sometidos a tensión nerviosa, a menudo olvidamos cómo respirar correctamente. Toda persona que acostumbra presentarse o actuar en público conoce la importancia de la respiración.

No inhales profunda y forzadamente, ni respires con mayor rapidez que de lo normal; te puedes hiperventilar. Para relajarte, sólo tienes que mover el diafragma suave y rítmicamente y dar inhalaciones largas y profundas.

 

Esperamos les sirvan estos 7 tips y los pongan en práctica, nos leemos en la próxima.

Es posible que en muchas ocasiones hayas obtenido una nota que no ha hecho justicia al tiempo que has dedicado a estudiar, y eso es algo muy frustrante. ¿Te has planteado que la estrategia que sigues a la hora de estudiar no es correcta? ¿Tus hábitos de estudio son mejorables? Planificar y organizar tu estudio, descansar cada cierto tiempo, evitar distracciones o mantener la motivación son algunos de los aspectos que debes tener en cuenta a la hora de estudiar.

Por esto esta semana les compartimos 10 hábitos de estudio que te podrán ayudar.

1. Márcate una meta

Antes de comenzar a estudiar a diario debes tener claro qué quieres conseguir con todo esto. Tener claros tus objetivos y tus motivaciones para emprender este camino serán la clave que te llevarán a conseguir tus metas, que te mantendrán motivado y que harán que evites la procastinación.

2. Una buena planificación es indispensable

Tener una planificación correcta es básico si pretendes alcanzar un objetivo. Es tu hoja de ruta, la base que hará que sigas un determinado camino y que no te apartes del rumbo si llegan adversidades.

3. Estudia todos los días a la misma hora

Para conseguir un buen hábito de estudio es recomendable que el estudio se haga siempre en los mismos periodos de tiempo. Esto hará que tu cerebro acabe asimilando como tiempo de estudio esos momentos y se encuentre más predispuesto para comprender la información en este intervalo de tiempo.

4. Evita los atracones de estudio

Estudiar durante largos periodos de tiempo sin descanso es contraproducente para tu memorización. La mejor forma de estudiar es poco a poco, con pequeñas sesiones de tiempo bien aprovechado. En periodos cortos el cerebro asimila mucho mejor la información a la cual lo expones. Está demostrado que es mejor estudiar diez sesiones de una hora que una sesión de diez horas.

5. Descansar es prioritario

Muchas veces, bien porque disponemos de poco tiempo para estudiar o porque hemos empezado a estudiar demasiado tarde para un examen, sustituimos horas de sueño por horas de estudio. Pero debes tener en cuenta que, pase lo que pase, debes dormir entre 7 y 8 horas.

Tu cuerpo y tu mente necesitan descansar, y si les privas de ese descanso su rendimiento caerá en picado. Por lo que si quieres mantener un buen rendimiento a la hora de estudiar debes dormir lo suficiente para que al levantarte al día siguiente estés al 100% de tus capacidades.

6. Estudia siempre en el mismo lugar

No importa que lo hagas en la biblioteca, en tu habitación o en casa de tu tía, Lo importante es que siempre estudies en el mismo lugar, ya que te hará evitar distracciones innecesarias. Cuando estás habituado a un sitio los estímulos propios del lugar forman parte de la rutina, por lo que no oyes los ruidos, ni te distrae el entorno. El tener un lugar adecuado para estudiar a diario mejorará tu concentración y, por ende, tu rendimiento.

7. Ponte pequeñas metas cada día

Marcarte todos los días un pequeño objetivo te ayudará a concentrarte y a estar más predispuesto al estudio. Si sabes que hoy tienes como meta aprender la tabla periódica no debes levantarte hasta que lo hayas conseguido. El marcarte pequeños objetivos te ayudará a mantenerte motivado, aumentará tu concentración y evitará que te distraigas.

8. Aprender a enseñar.

Uno de los mejores hábitos que puedes adquirir para mejorar como estudiante es el aprender a enseñar. Esto significa que debes introducir en tu rutina una exposición oral de aquello que estés estudiando. Debes plantearlo como si estuvieses explicándoselo a otra persona para que sea más efectivo. No importa cuánta información hayas estudiado hoy. Si lo haces cada día y lo incorporas a tu rutina te aportará una visión clara de los conocimientos que tienes en la materia, te ayudará a estructurar mentalmente, a asimilar e interiorizar la información que has estudiado.

9. Olvídate de los dispositivos móviles

Nada de smartphones durante el estudio. Sí, lo que oyes. Nada. Aunque no quieras reconocerlo los dispositivos móviles son una fuente constante de distracciones. Si eres de los que no pueden vivir sin su smartphone cerca deberás ponerlo en modo avión durante el tiempo que dediques a estudiar. Además, también puedes aprovechar tu móvil para utilizar algunas apps creadas especialmente para ayudarte con tus rutinas, como por ejemplo Forest App.

10. Premia tu esfuerzo a diario.

Al igual que te has puesto pequeñas metas diarias que debes cumplir, es necesario que te premies con algo tras conseguir tu objetivo diario. No es necesario un gran premio: un café, un par de páginas de ese libro o un paseo con tu perro pueden ser el premio. El hacer algo que te guste cada día tras conseguir tu objetivo marcado te ayudará a mantener la motivación y a conseguir crear un buen hábito de estudio.

Esperamos les sirvan estas recomendaciones, nos leemos en la próxima

¿Qué quiero cambiar?, ¿hacia donde voy? ¿cómo puedo mejorar mis hábitos de vida?

Estas son algunas de las preguntas que surgen cada año en nuestra mente y que nos motivan a hacer una lista de propósitos que simbolice un nuevo comienzo.

Hacer ejercicio, aprender un nuevo idioma, viajar, ahorrar, comprar algo que queremos, estudiar más, son algunas de las metas con las que solemos empezar cada año, pero ¿qué tanto las cumplimos? Lamentablemente, con el pasar de los meses sucumbimos ante los obstáculos, y todo lo que queríamos se queda en simples intenciones.

 

No es extraño entonces que muchos de estos propósitos se repitan una y otra vez y que cada año pronunciemos victoriosas ¡Esta vez sí!

Para que esto no siga ocurriendo y puedas cumplir todo lo que te propones, te damos algunos consejos que te ayudarán a planear mejor tus objetivos de año nuevo.

 

1. Tómate tu tiempo

No esperes hasta el año nuevo para reflexionar sobre lo que quieres. Es importante que los cambios que decidas hacer en tu vida no dependan de otros, encuentra la motivación en ti mismo y evita las presiones externas. Busca un espacio de soledad para pensar y escribir tus propósitos.

 

2. Elige objetivos alcanzables y medibles

Ser realista es la clave para que tu lista de propósitos no quede en el olvido. Si quieres empezar a ahorrar no pretendas guardar el 30% de tus ingresos, empieza con un 5% o 10% y ve aumentando poco a poco, lo mismo aplica para el ejercicio, si nunca has hecho deporte no pienses en entrenar cuatro veces a la semana porque pronto perderás el entusiasmo.

 

3. Sé específico y coherente

Hacer ejercicio es un propósito válido pero vago. Asigna tareas o acciones para cada objetivo que te permitan medir los resultados. Por ejemplo, ‘hacer ejercicio dos veces a la semana’ o ‘estudiar todos los días una hora’, así puedes tener un registro de tus actividades y tomar acciones de mejora cuando te estes desviando de la meta.

 

4. Conoce tus limitaciones

Si tu voluntad no es lo suficientemente fuerte, evita presionarte a hacer cosas que no deseas, busca algo que realmente te motive y recompensa tus logros. Comparte con tus amigos y familiares tus metas, ellos pueden recordártelas y motivarte a alcanzarlas.

 

5. Realiza seguimiento de tus resultados

Una de las razones por las que nuestra lista de propósitos fracasa es porque sólo volvemos a pensar en ella a final de año. Establece tiempos de cumplimiento para cada objetivo y revisa los avances de tu lista cada dos o tres meses.

 

Si tu lista de propósitos se convierte en una camisa de fuerza, es mejor que replantees tus objetivos y repitas el ejercicio de forma más consciente, teniendo en cuenta estos consejos.

 

Esperamos estos 5 consejos los puedas llevar a la práctica y así poder cumplir tus propósitos, nos leemos en la próxima.

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